La glasa madre que hoy os quiero enseñar es una masa de albúmina que tiene un acabado muy denso. La glasa con esta densidad es perfecta para usar como pegamento para cuando hacemos estructuras de pasta de goma o para pegar decoraciones. Si mezclamos una porción de esta glasa con agua se vuelve más liquida y entonces resulta ideal para glasear las galletas.
Yo suelo utilizar las cantidades que os pongo en los ingredientes pero si necesitáis más glasa podéis doblar tranquilamente estas cantidades por si queréis glasear muchas galletas.
Una vez la tengáis preparada la tenéis que conservar en un tarro de cristal hermético en la nevera. De este modo la glasa os puede durar perfectamente hasta 15 días.
Esta receta originalmente la encontré en el blog de mensaje en una galleta.
Ingredientes
- 7 g de albúmina
- 35 ml de agua
- 250 g de azúcar glas
- Una pizca de cremor tártaro
- una cucharadita de esencia (si es transparente mejor)
Preparación
En el bol de nuestra batidora ponemos la mitad del azúcar glas y la albúmina. Mezclamos con la pala a velocidad muy baja, la mas baja posible. A continuación añadir el agua, el cremor tártaro y la cucharadita de esencia. Seguimos mezclando a velocidad baja y cuando veáis que esté bien integrado podréis añadir el resto del azúcar. Continuad mezclando hasta que se integre bien. No os excedáis batiendo pues queremos que nos entre aire en la glasa, la textura final tiene que ser como la de la pasta de dientes.
Almacenad la glasa en un tarro de cristal hermético en la nevera. Os recuerdo que así os puede durar hasta 15 días.
Montse Alonso
16 julio, 2014 en 5:29 pm
Qué interesante¡¡¡¡¡¡